En los últimos días hemos leído, visto y oído que la Junta de Extremadura quiere retomar el espíritu de Marca Extremadura, la misma que lanzó el Ejecutivo de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y que, con el paso de los años, pese a la paralización de sus políticas por parte del anterior Gobierno, aún permanece en el imaginario colectivo como sello distintivo.

Hoy en Creaerte planteamos un debate. ¿Estáis de acuerdo con la apuesta de relanzar esta marca regional?

Es obvio que la gran inversión realizada por Gobiernos anteriores ha dado sus frutos en lo que a imagen se refiere. Pero, ¿y los datos? ¿Cómo medir el retorno económico y calcular las cifras turísticas relacionadas directamente con la campaña? He aquí el lado más oscuro de una apuesta tan agresiva como etérea.

Quizás, es el momento de pasar de lo intangible a lo real, a la certeza. Extremadura tiene tanta riqueza que, incluso, podría resultar banal estancarse en promocionar exclusivamente aquello del turismo de sensaciones.

En este escenario, nosotros planteamos lo siguiente: ¿No sería más adecuado un consenso entre los diferentes grupos políticos del parlamento regional para marcar una hoja de ruta de promoción turística a largo plazo que se respetase aunque cambiase el color de los Gobiernos?

Nuestra apuesta pasa por dar a cada año natural una temática basada en un sector individualizado pero ligado íntimamente al sector turístico para promocionar al exterior todo su potencial, pues nos consta que allende de nuestra región la percepción es que Extremadura tiene mucho que ofrecer, pero, quizás, faltan concreciones a la hora no ya de atraer al visitante, sino de hacer también que aumente sus pernoctaciones en la región; actualmente una de las asignaturas pendientes.

Como uno de los principales motores de desarrollo de esta región, el sector turístico no ha de convertirse en arma arrojadiza ni caer a la arena política, sino que debe de estar por encima de todo ello en pro de un beneficio global que repercuta en la potenciación de todos nuestros sectores ligados de forma directa o indirecta a él.

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