La vuelta de la vuelta de la vuelta de la tuerca
Rom es un snack de chocolate rumano. Sí, suena raro, pero así es el mundo en el que vivimos. Instalados en un alarmante descenso de ventas, los directivos de Rom contrataron los servicios de una agencia de publicidad local.. y se dejaron hacer.
En este caso de estudio que se adjunta más abajo, vemos como Rom desafía los más profundos valores de la identidad rumana introduciendo en el mercado un agresivo packaging con la bandera americana. La respuesta de los consumidores no se hace esperar: miles de usuarios inundan facebook para protestar contra semejante anatema: «Esto es vergonzoso», «no queremos el Rom americano», «Os vamos a boicotear», blablaba… Cuando la ola de protestas alcanza su punto álgido, el fabricante ejecuta su golpe maestro: «Hemos escuchado vuestras sugerencias y tenéis toda la razón del mundo. Aquí tenéis el nuevo envoltorio de Rom con la bandera rumana!!»
Resultados: 134% más de ventas. Olas de agradecimiento, simpatía y valor de marca por las nubes, ¡El pueblo ha sido escuchado! ¡Una marca que se preocupa por sus clientes! ¡Viva Rumania y Viva Rom!
¿Y las chocolatinas con la bandera americana? Oh, esas se venden a precios desorbitados porque son, claro esta, «edición coleccionista».