La mística en pintura y fotografía Ouka Leele
Ouka Leele es todo un icono en la fotografía plástica contemporánea, una figura importante en la Movida y que ha contribuido al renacimiento de la fotografía española.
Nació en Madrid en 1957, con el nombre real de Bárbara Allende Gil de Biedma. Desde pequeña se interesó por la pintura, pero en especial por la fotografía. Dominó la técnica, tan pronto que, a los 18 años varias de sus fotografías fueron incluidas en el libro ‘Principio’, junto con otros jóvenes fotógrafos prometedores, y publicadas en las revistas especializadas ‘Zoom’ y ‘Nueva Lente’. Pero fue cuando la revista ‘Star’ le pidió que creara una fotografía en color para su portada cuando cogió una cámara de fotos para plasmar su visión de la realidad y surge la artista Ouka Leele como una de las protagonistas de la movida madrileña de comienzos de los ochenta y se hace un nombre a tener en cuenta en la actividad cultural española.
Publicó su primera serie en blanco y negro en 1976, y expone por primera vez en 1978. Su obra y estilo se organiza en varias fases, en primer lugar, realiza puestas en escena que fotografía en negro y blanco; luego vuelve a pintar estos cuadros manualmente en color, la mayoría de las veces en acuarela; finalmente fotografía el resultado, creando imágenes híbridas, burlescas, inusuales, a medio camino entre la fotografía y la pintura, como atestigua Peluquería (1978), una serie, sin duda la más famosa, en la que una sucesión de retratos se remata con pulpos, libros o incluso frutas. En sus composiciones posa a sus amigos, familiares, vecinos, pero también modelos, protagonistas o anónimos. La particularidad de su enfoque consiste en desviar la fotografía de su función habitual, reproducir la realidad, y utilizarla como dibujo preparatorio de una pintura. Así, los temas desarrollados se refieren al género pictórico: retrato, desnudo, paisaje, naturaleza muerta, escena de género; las reglas de la pintura clásica se postran al servicio de composiciones excéntricas y delirantes, exacerbadas por una paleta chillona, tierna o saturada, que provoca conexiones extravagantes y telescopios lúdicos.
En su haber tiene haber ganado: el Premio Ícaro de Artes Plásticas del Diario 16 (1983), el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en la categoría de Fotografía (2003), el Premio Nacional de Fotografía (2005), una beca para jóvenes artistas del Ministerio de Cultura (1982) y el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid. Sección de fotografía (2003) entre otros. Todo un estilo y carácter creativo que mezcla lo mejor de ambos mundos, fotografía y pintura, generando algo nuevo, llamativo y único.