Actualmente nos encontramos inmersos en la era digital. Empresas de todo tipo no dejan de incluir en sus planes de expansión estrategias que contengan mecanismos relacionados con las nuevas tecnologías. Ha llegado un punto en el que esto se ha convertido en algo necesario para no desaparecer del mapa. Pero esto no puede hacer olvidar que la reputación no solo se gana en las redes sociales, sino también en el mundo ‘offline’.

La marca personal, también conocida dentro del sector como ‘personal branding‘, se compone de diferentes elementos. Un ejemplo puede ser el currículum vitae. Para muchas personas se trata de algo obsoleto, pero nada más lejos de la realidad. Un diseño original y creativo puede reflejar una buena imagen. Otros objetos, como unas atractivas tarjetas de visita, nunca están de más.

El trabajo de calle, que parece haber perdido prestancia, sigue siendo una técnica que debe ser aprovechada. No hay que olvidar la asistencia a eventos y congresos sectoriales, lugares en los que uno puede darse a conocer y en los que se pueden establecer excelentes oportunidades, tanto de negocio como para asentar nuestra marca.

Estos detalles, a simple vista insignificantes, generan valor añadido. En conclusión: desarrollar una marca personal a través de estrategias digitales es muy importante, pero no debe centrarse solo aquí el esfuerzo. Es capital que exista un equilibrio entre técnicas online y offline. Llevando esto a cabo, el éxito está asegurado y la imagen de la marca personal será muchos más solida.

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