Carlota Guerrero y el arte del cuerpo femenino
Ser una de las pocas fotógrafas en el mundo de la moda, hace de Carlota Guerrero un pilar de la industria, convirtiéndolo en un lugar seguro para las mujeres. Un objetivo que cumple al crear un espacio protegido para retratar la belleza y plantear una mirada feminista a través de su cámara.
Nacida en Barcelona y de formación completamente autodidacta, Carlota comenzó a tomar fotografías cuando era una adolescente. Reconocida por un trabajo que a menudo combina la fotografía y el cine con su propia dirección de arte y coreografía. Su primer gran encargo fue colaborar con la cantautora Solange Knowles en la obra de arte y la dirección de arte de los videos del aclamado álbum «A Seat at the Table». Este encargo colaborativo continuó cuando más tarde se asoció con el poeta Rupi Kaur para dirigir una actuación en vivo de sus poemas en Nueva York. En su haber tiene el colaborar con marcas globales como Nike, Givenchy, Helmut lang o Dior además de colaborar habitualmente en Vogue España.
Lo llamativo es su visión única une feminismo y naturaleza, generando una performance que ha dado como resultado un compendio de trabajos que son a la vez sutiles y subversivos, clásicos y reconocibles. Siguiendo unas cuidadas composiciones donde predominan los tonos suaves, proporcionando un halo romántico a fotografías y por encima de todo, su visión de la mujer, a menudo, elevada al plano de deidad. Mediante su estilo explora y combina las ideas de feminidad y género, naturaleza y conexiones humanas, el cuerpo femenino con patrones y la Proporción Áurea. Pero siempre mostrando a la mujer acompañada de otras mujeres y mostrando cuerpos reales, con curvas y defectos que los alejan de los cánones establecidos en la industria de la moda.
Su éxito y el de muchos otros creadores de su generación tiene que ver, y se retroalimenta, con Instagram: un impulso global que nadie hubiera imaginado hace pocos años. En esta red social, donde cuenta ya con casi 350.000 seguidores, y en su web podéis vislumbrar gran parte de su trabajo y estilo, que resulta en creaciones poderosas sin ser agresivas y sofisticadas sin llegar a ser sobrecargadas.