Hoy presentamos un icono de la ciencia y la sociedad del siglo XIX y XX. No fue solo la primera mujer en ganar un Premio Nobel sino la primera, y única persona en la historia, galardonada en dos áreas distintas: en física en 1903 y en química en 1910. Pionera en impartir clases en la Universidad de París, ocupar una cátedra y obtener un doctorado en física. Hablamos de Maria Salomea Skłodowska, Marie Curie.

Ella no buscaba la inspiración, sino que su método de trabajo usaba el pensamiento divergente para describir y analizar cientos de posibilidades y, después, comprobarlas experimentalmente. Gracias a la pasión por su profesión, nunca desistió y eso la hizo llegar donde ningún científico de su época había llegado aún.

Destaca, por ello, dos rasgos en su personalidad: la creatividad y la perseverancia. Esta combinación, garantía de éxito en el trabajo, llevó a esta genialidad científica a descubrir el polonio y el radio. Definió la radiación como la conocemos hoy en día, haciendo aportaciones que siguen vigentes.

Su legado cambió la historia de la ciencia y ha servido de modelo e inspiración a las generaciones posteriores.

 

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